No son hombres locos, son hombres rotos



Nos sacan como a perros. Empuñan sus armas cargadas y nos apuntan con ellas en el pecho. Maldita sea, estoy sucio. No soporto estar sucio, no soporto el sudor. Y encima aquí todos huelen como ratas. ¿Y ahora qué diablos quieren? ¿Qué van a hacernos? Ran ran, el motor no arranca. Pobres imbéciles, se habrán quedado sin gasolina. Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad… No, no me gusta que hagas eso. Ya te lo he dicho. Pero prefiero no volver a hacerlo. No me apetece hablar. Me duele la cabeza… me duele la cabeza. Es raro, nunca me suele doler la cabeza. A mamá sí que le dolía, mucho. Compresas húmedas sobre su frente. Pero ¿qué coño? Que no quiero que me toques. Todos vamos a morir. Pascal. Sus pensamientos. Aaaah, cómo me gusta esa mujer. Ella sí que era elegante, y su voz no tenía comparación con ninguna otra. La luna. Vaya, parece que hoy está menguante. Sí, menguante a la izquierda y creciente a la derecha… ¿no? No quiero pensar… me duele la cabeza… El profesor Luis. Vaya hombre. Ese sí que sabía dar clase. Cinco por uno es cinco, cinco por dos diez, cinco por tres quince, cinco por cuatro vein… Déjenme en paz, no quiero que me miren. No son hombres locos, son hombres rotos. ¡Maldita sea! Ave Maria, gratia plena dominus tecum. Dios mío, ¿cómo permites estas cosas? Yo creo en tu voluntad y en tu buen juicio. Tu palabra es lo que necesitan estos, ¡ratas! Nos tratan como a ratas. Huele mal, Ja, ese sí que era un todo un ejemplar. Era mejor que Pío. Qué habrá sido de él. ¡Maldita sea, ese Pío nunca me dejó sus cartas compradas en Francia! Escalera. No, no, yo he ganado, no tú. Pero bueno, ¿y ahora qué? ¿No podrían encender una linterna? No, los jazmines no necesitan tanta agua, Ramiro, los va a ahogar. Te quiero, mamá. Nunca supo que no me gustaba esa corbata azul, nunca se lo dije. Mamá hacía calceta. No, ese vestido no está deshilachado. Me duele la cabeza. Maldita sea, ¿por qué no pararán ya? Menos mal que no habla nadie. Esos hombres están temblando, tienen frío. No me hace falta la chaqueta. Calor. Qué asco, huelo a sudor. No soporto el olor a sudor. El jabón de lavanda. No, ese cabrón compró el otro, a mí me gustada el de lavanda. Pero da igual. Debe estar ya muerto. Pobre hombre. Que Dios lo guarde. Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino. El coro de los esclavos. Danos hoy nuestro pan de cada día, y perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Amén. Que así sea. Señor, acójalo a su lado. Señor, acójanos a su lado. Señor, tenga piedad de nosotros y perdone nuestros pecados. El tratamiento de usted es lo único que sustenta esta maldita sociedad. El confesionario. Esos cabrones lo arrancaron, ¡lo arrancaron de cuajo! Y lo quemaron. Las llamas. Fuego, calor. Estoy sudando, qué asco. No, no puedo levantarme, me duelen demasiado las piernas. ¡Maldita sea! Tienes que levantarte. Fígaro, Fígaro, Fígarooo. ¡Ag, qué asco! Está manchado de tierra. Pobre hombre. No, no te muevas, deja que te ponga la chaqueta. Vaya ojos. Azules. Ah, Ramiro, si no le gusta este azul, se aguanta. Yo soy el pintor. Pequeño mocoso. Gustavo. Nunca me hizo caso. Nunca me han hecho caso. Do re mi fa sol la si do’. Si la sol fa mi re do. ¡Maldita sea! Che faro senza Euridice. Estaba ahí. Qué guapa. Sí, esa mujer sí que tenía clase. Ah, amigo Pío… te hecho de menos. ¡Libertad! Sí, reclamaréis libertad, pero vais a fusilarme, cabrones. Sí, es verdad, seguro que no todos son tan cabrones. Pero tuvisteis que resistiros. ¡Maldita sea, todo hubiera sido mejor si os hubierais rendido! Huele muy mal. Creo que voy a vomitar. Aguanta. Aguanta. Pobre hombre. Ya no tiembla, pero sigue haciendo frío. ¿Qué hora es? Ah, no me negarán a mí que no era un buen reloj ni nada. Lo compré cuando estuve en Bayswater. Mamá, te quiero. Vaya tiendas, vaya mujeres. ¡Cuidado, señor, que le atropellan! Malditos ingleses, conduciendo por la izquierda. Izda. I z d a. Qué majos. Me trataron muy bien. Sí, me acuerdo de ese circo. Azorín se lo pasó muy bien viendo a ese payaso. ¡Cómo reían! Te hecho de menos. Vaya, parece que hemos llegado. Van a matarnos. Matadnos. Matadnos ya. Qué oscuro. Huele mal. La hierba. No, no quiero mancharme más los zapatos. Vaya, ayudaré a este hombre. No puede andar. Uno, otro, uno, otro. ¿Lo ayudo a morir? Quizás sea mejor así. Vaya, tenían que ver esto los de Germinal. Seguro que ahora están en Francia. Queso. Francia. La Torre Eiffel. Croissant. Vaya, hermano, cuánto tiempo. ¡Cállese! Sí, ellos siguen con las armas, no las van a soltar… Si al menos tuviera una pistola… Sí, eso es, todo es fila, nos ponen a todos en fila. Como un coro. El coro de los esclavos. Do re mi fa sol la si do. Qué luna. Cómo brilla. Nos van a matar. Veamos, ¿cuántos somos? 2, 4, 6, 8… somos 30 o 29, no sé bien. Sí, impares, los impares son los mejores. Los pares no valen para nada. No, madre, creo ha sumado usted mal. Qué manía con los pares. Luego se equivoca. ¿Qué habrá pasado con ese vestido? Seguro que se lo han quedado las mujeres de estos hombres. Encima se tratan de tú. Descarados. El orden jerárquico y social se sustenta en el usted. Además, ¿qué vamos a hacer ahora? No, no tenía que haber escrito eso en Acción Española. Seguro que mucha gente se enfadó cuando leyó ese artículo. Baaag, qué voz más desagradable tiene ese miliciano. Alzan las pistolas. Nos van a matar. Van a matarnos, ya está, se acabó todo, ya todo pasó. No, Ramiro, no salga todavía, tendrá frío. Sí, es verdad, siempre nos acordamos de la infancia. Señor, acójame a su vera. Señor, tenga piedad. Señor, no hemos hecho nada malo. Luchábamos por usted, Señor. Ag, que ya van. Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino. Azorín. Gustavo estaba muy pálido. Llame a un médico, hijo. Espéreme arriba. Deme esa pistola. Trafalgar Square. Nelson. Heraldo de Madrid. Maldita sea, ¿dónde hay un maldito trozo de papel? En la redacción yo comía papel y todos reían. Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja. Vamos, vamos, ese hombre está temblando. Tiene mi chaqueta. Pólvora. Fuego. Que no, Ramiro, que voy a cambiar el dibujo. Me gustan los paisajes. Che faro senza Euridice. El Hada Golosina. Mozart, qué genio. Lloran. ¿Por qué nos matan? ¿Libertad? ¡España necesita una Monarquía Católica que sirva a Dios! Qué picor. Me duele la cabeza. Van a matarme. Sus ojos son negros. Respira, Ramiro, respira. Helen… sí, se llamaba Helen. Qué noches. Sólo Dios lo sabe. ¿Dónde estará? Tengo su pañuelo. Dios, acójame a su lado. La luna está menguante, menguante a la izquierda, creciente a la derecha... Tranquilo, Ramiro, tranquilo. Ramiro de Maeztu, sea bienvenido. Gracias director. Tengo el honor de pertenecer a partir de hoy a la Real Academia de la Lengua Española. Todos aplaudieron. Aplausos. Cla clac cla clac cla. Cla. Era como un coro. EL coro de los esclavos. Do re mi fa sol la si do’. Si la sol. Fa mi re do. Matar. Desear. Amar. Cortar. Polígamo. Nenúfar. Estado. Qué bien suenan. Templo. Dios, acójame en su lecho. Ave María, gratia plena dominus… Tú que fuiste concebida por obra y gracia del Espíritu Santo... Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados… Recesvinto, Chindasvinto… No, el último fue Don Rodrigo. ¿Por qué me matan? No lo saben. Pero yo sí. Yo sí lo sé. Pobre España. Ag, siempre odié ese sonido… Es como un clac, un rugido. Está bien, voy a morir. Pero antes de que los mosquetones… Sí, se lo diré. Dilo. Dilo. Es ahora o nunca. Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sé por qué muero: ¡para que vuestros hijos sean mejores que vosotros! Señor, acójanos en su gloria. Ramiro… su padre ha muerto, hijo.


ANEXO. RAMIRO DE MAEZTU, LA PROVOCACIÓN A LAS PUERTAS DE LA MUERTE
Ramiro de Maeztu es uno de los más grandes intelectuales españoles de principios del siglo XX. Vinculado a la Generación del 98 y al movimiento regeneracionista, que buscaba una nueva configuración total de España, Ramiro es un magnífico ejemplo del vaivén y la inestabilidad política de un país que pierde las últimas cenizas de su imperio colonial y se enfrenta a una dictadura, a una novedosa república y a una guerra civil que diezmará su población y sus recursos. Su ideología oscilará desde el anarquismo, pasando por el comunismo, el socialismo y, finalmente, en los últimos años de su vida, el fascismo.
     De padre cubano y madre inglesa, Ramiro comenzó muy pronto a interesarse por la realidad económica, política y social de su país, por lo que ya desde joven colaboró en revistas como Germinal, El socialista o El Heraldo de Madrid. Pronto hizo amistad con Pío Baroja y Azorín, ambos intelectuales regeneracionistas y escritores como él, un grupo conocido como ‘Grupo de los Tres’. A lo largo de su vida desarrolló profesiones como periodista, diplomático, embajador en Argentina bajo la dictadura de Primo de Rivera o diputado en Cortes con el partido anti republicano, de derecha tradicionalista, Renovación Española.
      Al inicio de la Guerra Civil (1936-1939), Ramiro de Maeztu se hallaba refugiado en casa de su amigo Luis Vázquez Dodero, temeroso de la represión republicana a los intelectuales y militantes de derecha. El 30 de Julio de 1936 fue detenido en ese mismo lugar y conducido a la cárcel de las Ventas, donde pasó por la enfermería, la sala de madres y finalmente una celda compartida. El 29 de Octubre de ese fatídico año los milicianos republicanos comenzaron a sacar a los presos bajo el pretexto de trasladarlos de cárcel. Sin embargo, lo que hicieron fue fusilarlos. Ramiro fue conducido junto con otros 30 presos a las tapias del cementerio de Aravaca, en Madrid, y allí fue atado con alambres a otro compañero y fusilado.
      Su valentía y su arrogancia provocaron que su memoria quedara clavada en la Historia de la Guerra Civil debido a sus últimas y atrevidas palabras, dirigidas contra los milicianos que apuntaban con sus fusiles hacia sus cabezas: “Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sé por qué muero. ¡Para que vuestros hijos sean mejores que vosotros!”


BIBLIOGRAFÍA
  • http://www.martiresdeparacuellos.com/testimonios/testimonio018.htm
  • http://www.hispaniainfo.es/web/2011/09/27/el-asesinato-de-ramiro-de-maeztu/
  • http://es.wikipedia.org/wiki/Ramiro_de_Maeztu
  • http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/maeztu.htm
  • http://es.wikipedia.org/wiki/Germinal_(revista)
  • ALONSO, S., LÓPEZ, A., LUMBRERAS, P., PÉREZ, P. (2013): Lengua castellana y literatura 2, Madrid, Casals.